TORONTO.- Las calles de Toronto la recibieron con los brazos abiertos. La policía incluso cerró el acceso de autos al Teatro Princess of Wales para evitar problemas con su llegada, durante el estreno mundial de la película Lion en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Ella ni siquiera es la protagonista. Pero el rol de la madre adoptiva de un huérfano de otra raza tiene mucho que ver con la realidad de Nicole Kidman, que también había adoptado con Tom Cruise a sus dos hijos mayores, Isabella y Connor (mucho antes de tener a sus hijos biológicos, Sunday y Faith, con Keith Urban.)
¿Qué tan importantes son los festivales de cine para los actores, en un mundo donde no existen las películas de superhéroes?
Yo creo que los festivales de cine hoy son mucho más importantes porque es muy difícil para las películas independientes, ser descubiertas. Los actores necesitamos toda la ayuda que podamos con las películas de bajo presupuesto que obviamente no están detrás de los más grandes estudios de cine o no son producciones con superhéroes. Y me siento afortunada de poder estrenar mundialmente una película en un festival internacional de cine. Por eso yo también trato de participar cuando es posible.
¿Cuántas películas de bajo presupuesto también rechazó en su carrera? ¿Alguna vez se cuestionó qué hubiera pasado si hubiese aceptado alguna de las tantas producciones... que rechazó?
Son cosas que pasan y claro que a veces pienso qué hubiera sido de mi vida si hubiese actuado en aquel personaje de cine que no acepté ¿Qué hubiera pasado si hubiese hecho esa película? Pero yo también pienso que los roles son los que me eligen a mí. En el camino perdemos algunos y conseguimos otros. Es el viaje de la vida. El destino nos lleva a hacer ciertas cosas que se supone que teníamos que hacer. Si algo tiene que pasar, pasa. Si algo parece tener demasiados puntos en contra, suelo alejarme. Y es algo que siempre me pasó en una vida de muchísimos roles. Supongo que es parte del crecimiento, entender lo que pasa cuando algo tiene que pasar. Los roles son los que llegan hasta mí, algunos no y así funciona todo. Hay que disfrutar el proceso, ser feliz y mantenerlo todo lo más simple posible.
Conocida como una de las actrices australianas más importantes, Nicole Mary Kidman nació en realidad en Honolulu, Hawái, el 20 de junio de 1967, en la época en que los padres estaban estudiando. La madre Janelle Glenny es instructora de enfermería y como el padre Antony Kidman es bioquímico y sicólogo, volvieron a mudarse a Washington por una investigación especial sobre el cáncer de mama. Tres años después, volvieron a Australia, donde Nicole se enamoró del ballet y el teatro, subiendo como actriz al escenario del Phillip Street Theater durante los veranos de su adolescencia. Y fue en una de esas funciones que recibió una carta del público, firmada por Jane Campion, insistiendo en que tomara la actuación como profesión. En cierta forma la influenció a dejar la escuela secundaria para dedicarse por completo a su carrera como actriz. Y con 16 años debutó en el cine con la película australiana Bush Christmas. Para cuando protagonizó con Sam Neill el thriller Dead Calm, Nicole tuvo la suerte de captar la atención de otro famoso en el público, porque después de verla en esa película, Tom Cruise pidió que la llamaran especialmente para trabajar con él, en la película Días de trueno... para darle la mejor bienvenida a Hollywood.
¿Cómo recuerda aquel día en que se subió a un avión y al mirar por la ventana se dio cuenta que estaba cambiando para siempre su futuro, mudándose de Australia a Hollywood?
No fue tan así (risas). Pasé mucho tiempo con un pie aquí y otro afuera, volviendo a casa, regresando otra vez. Y esa es probablemente mi vida. Yo me siento muy internacional. Siento que soy parte del mundo entero y es por eso que también busco directores y también historias con gente de todo el mundo. Tengo suerte de formar parte de una generación donde también es posible, porque los actores de unas generaciones anteriores no tenían nada parecido. Soy una actriz australiana que trabaja a nivel global, mimetizándome en diferentes nacionalidades, en diferentes lugares, con gente diferente. Es algo glorioso y me ha dado una vida extraordinaria. He recorrido casi todo el mundo, por eso. Y ahora que tengo hijos, puedo mostrarles el mundo a ellos de la misma forma. Bendita mi vida. Pero no la viví en un avión mirando por la ventana aterrizando en Hollywood, no.
¿Hollywood sigue siendo igual que hace 25 años?
Ni siquiera estoy segura lo que es Hollywood hoy, porque ya no creo que exista Hollywood. Estamos todos desparramados por el mundo y hacemos películas en todo el mundo. Hollywood pertenece a otra era que no existe. En cierta forma es triste, pero al mismo tiempo te diría que el mundo entero es Hollywood hoy, porque podemos filmar historias de todos lados, en todos lados. Y eso, es extraordinario.
¿Es por eso que ahora también produce cine, además de actuar?
Como mujer quiero tener la posibilidad de trabajar con escritores y directores, ofreciéndoles diferentes oportunidades. Tengo la fortuna de conocer gente que está decidida a invertir y el hecho de tener tantos lugares distintos para expresarme es algo maravilloso. Haber hecho una película como Big Little Líes, que produje hace poco con Reese Witherspoon, es un buen ejemplo de la experiencia fantástica detrás de cinco mujeres protagonistas de todas las edades con historias realmente extraordinarias que duran siete horas. Es maravilloso, pero producir también es mucho trabajo. Por eso no lo hago tan seguido.
El amor de la ficción con Tom Cruise en aquella primera película de Hollywood Días de trueno también se reflejó en la realidad, con la famosa boda del 24 de diciembre de 1990 que después los llevó a adoptar los dos hijos Isabella y Connor. Para cuando se divorciaron en 2001, Nicole Kidman ya tenía fama propia, recibiendo incluso ese mismo año la primera nominación al Oscar por la película Moulin Rouge!, para ganarlo al año siguiente con la asombrosa personificación de Viriginia Wolf en la película Las horas. En el camino, se habló (y se desmintió) un romance con Jude Law. Por un tiempo, estuvo de novia con Lenny Kravitz y Robbie Williams también confirmó un corto romance, hasta que Nicole conoció en una fiesta australiana al cantante de música country Keith Urban, en enero de 2005. Con él se casó el 25 de junio de 2006 y juntos tuvieron dos hijas, Sunday y Faith, hermanas de los dos primeros hijos adoptivos que Nicole tuvo con Tom Cruise. Y con una historia muy parecida, en cine también interpreta a una mujer australiana que adopta un hijo, en la película Lion.
¿Es pura casualidad que se parezca tanto a la verdadera madre adoptiva que vivió la historia que le toca representar en la película Lion?
Yo había leído el guión y el director, Garth Davis, incluso me dijo que yo me parecía físicamente a la verdadera madre adoptiva, Sue, cuando yo usaba el pelo enrulado, a los 14 años. Y en ese momento le dije que sería un absoluto honor representarla en la película, porque amo sus ideales. Es una persona hermosa que ama a los hijos. Esa familia es realmente extraordinaria.
¿Pero hasta qué punto se mezcla la realidad con la ficción, teniendo en cuenta que tanto en la vida real, como en esta película, usted también es madre adoptiva de dos hijos?
Por supuesto es algo con lo que reaccioné emocionalmente, al ser madre de hijos adoptivos. Pero yo creo que la película pasa por el poder que tienen todas las madres, sin importar la forma, ya sean madres biológicas o adoptivas. Como le dije al verdadero (hijo adoptivo) Saroo, tiene la suerte de tener dos madres. Y cuando se tiene tanto amor, cualquier persona florece. Para mí, obviamente fue una filmación muy emocionante. Me encanta cuando en una escena de la película, Dev Patel me pregunta si yo no podía tener hijos propios y ella le dice: “No, yo podría tener hijos propios, pero te quería a ti”. Es una frase muy poderosa, impresiona verlos y es lo que sintió Sue. Esa era su visión.
¿Llegó a tener esa misma discusión con sus propios hijos?
(Se pone seria) No, no es algo que quiera discutir en una entrevista.
¿Y detrás del verdadero ejemplo de la adopción en la vida real, qué opina de la polémica detrás de las dificultades en muchos países para adoptar o lugares como Latinoamérica donde ciertos países cuestionan la adopción de hijos si las parejas son homosexuales?
Para mí lo más importante es que un niño se sienta amado y pueda crecer en una familia con amor, sin importar cómo es que se unió la familia. No importa las preferencias (sexuales) o el color de la piel que tengan los padres. Obviamente es necesario que el niño tenga el más puro y hermoso amor. Es lo que la verdadera Sue (del cine) pudo ofrecerle a sus hijos. Y es probablemente lo que más me identifica, porque ella tiene un amor incondicional por sus hijos.
Con el actor Dev Patel muy diferente al que conocimos con Quisiera ser millonario, Lion lleva el significado del nombre de un joven que después de haberse perdido en la India, a los cinco años, no baja los brazos por tratar de encontrar a su familia verdadera, aunque haya sido criado con todo el amor de la madre adoptiva que interpreta Nicole Kidman.
¿Cómo fue aquel encuentro personal que tuvo con la verdadera madre del personaje que está inspirado la película Lion?
Cuando me ofrecieron hacer la película pregunté si ella estaba dispuesta a conocerme. Y ella no dudó un segundo. Incluso voló desde Sidney y pasamos un día juntas, hablando. Es una persona muy, pero muy gentil, y estuvo muy involucrada en la filmación, así que pudimos conocernos muy bien. Nos hablamos todo el tiempo por email con ella y su familia. Y espero que a medida que empiecen a promover la película, la gente también pueda conocerla y a su familia real, porque son gente muy especial.
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