LAS VEGAS.- Una vez al año, la ciudad de Las Vegas se viste de Hollywood con la convención CinemaCon, donde los estudios de cine presentan las producciones más importantes para empresarios de las salas de cine. Y ahí, Will Smith platica sobre su súper participación como uno de los más grandes villanos de Batman, en la película Escuadrón Suicida.
¿Cuál es la parte favorita de tu trabajo, más allá de la actuación?
La investigación y todo lo que se puede aprender en el proceso, especialmente si es cierta habilidad nueva, como aprender a tocar el piano para un rol. Es que después de practicar algo durante seis meses termina quedándote para el resto de tu vida y pasa a formar parte de uno. Siempre voy a poder saltar bien la cuerda después de (Muhammad) Ali. Siempre voy a poder boxear.¿Qué habilidad aprendiste en una película como Escuadrón Suicida en la que eres uno de los peores asesinos seriales?
Aprendí que todos operamos con base en la misma sicología de un asesino serial. Hay algo que se siente bien y uno le dedica la vida tratando de cumplirlo. Y lo que te diferencia de un asesino serial es... qué tan lejos estás dispuesto a saciar ese deseo. En mi caso mejoré en todo, después de entender la mente de los asesinos seriales. Finalmente entendí que todo ser humano sufre y no necesita sufrir más; por eso se levantan por la mañana y por alguna razón se ocupan de una serie de tareas que piensan que no los va a hacer sufrir más. Y cuando te das cuenta lo que piensa la gente para mejorar sus vidas, te conectas mucho más con los seres humanos.
Willard Christopher Smith Jr. nació en Filadelfia el 25 de septiembre de 1968, muy lejos del mundo del cine. El padre, con el mismo nombre (Will Smith), tenía una compañía de refrigeradores. Y el jovencito Will era uno de los mejores estudiantes de su clase cuando se graduó con honores en el Laboratorio
Julia Reynolds Masterman, pero el lado artístico influyó mucho más con la música, cuando empezó a ganar popularidad con el dúo DJ Jazzy Jeff y Fresh Prince. Él apenas tenía 20 años y estuvo a punto de presentar bancarrota por gastarlo todo en autos y joyas, sin suficiente madurez. Pero esa misma idea del estilo de vida millonario terminó consiguiéndole mucha más fama... con la idea y un tono de humor en la serie de televisión El principe del rap, sobre un jovencito de Filadelfia que se mudaba a Beverly Hills. El éxito de TV terminó extendiéndose a lo largo de seis años, hasta que exportó la popularidad al cine con la superproducción de Día de la Independencia (que justo este año estrena Liam Hemsworth con la continuación de la misma historia). Carismático, también fue nominado al Oscar cuando interpretó en el cine la vida de Muhammad Ali y recibió otra con un estilo de cine mucho más serio en En búsqueda de la felicidad. Pero cuando el año pasado no lo nominaron por La verdad oculta se generó todo un debate en Hollywood, en el que Spike Lee y la esposa de Smith, Jada Pinkett, boicotearon la ceremonia del Oscar, quejándose por la falta de diversidad en la entrega de premios.
Festejando nada menos que 30 años en el mundo del espectáculo, tal cual lo presentó en MTV Queen Latifah al entregarle el Premio Generación, “Will Smith es el primer ‘rapero’ que llegó al cine y se convirtió en una estrella internacional”. Y tal cual como Halle Berry justifica su éxito como actor “porque en cada interpretación vemos su alma y el mismo espíritu que evidencia también en la vida real…”.
¿Podríamos comparar las nominaciones al Oscar o el Premio Generación de MTV con aquel primer premio que te habían dado como El Mejor Beso por Día de la Independencia, 25 años atrás?
No hay mejor premio que el Mejor Beso cuando los fans se reúnen para ver tus labios y tu lengua, comparándola con la de todos los demás, el mismo año. Aquel primer premio fue con Vivica A. Fox. Ése fue el mejor beso, pero fue el beso de un extraterrestre. Cuando ganas una batalla con un extraterrestre, es lo mejor que te puede pasar.
¿Este año también habías estado nominado al Mejor Beso con Margot Robbie?
Con Margot nos habían nominado por Focus y no ganamos sólo porque usaron otra filmación, nada más.
¿Y si comparamos el Oscar con el Premio Generación que te entregó MTV?
La verdad es que no me importan tanto los premios. Siento que es un trabajo ir a una de esas ceremonias. Me incentiva mucho más la mentalidad de las recaudaciones. Para mí es un gran placer sentarme en un cine, un viernes por la noche, cuando se agotaron las entradas y a todos les gusta la misma película. Eso, para mí, es la gran razón por la que tengo tanto que ver con el cine. Los premios tienen un efecto emocional muy extraño. Gane o pierda, lo odio igual.
La película Escuadrón Suicida justamente promete perdonar a los peores villanos a cambio de una misión especial ¿En tu caso, qué tan bueno te consideras perdonando?
¿Perdonando? Soy muy bueno en perdonar. Es algo que aprendí desde muy joven porque es un cáncer guardar cualquier sentimiento negativo y te va mucho mejor cuando perdonas y puedes darle ese mismo regalo a la otra persona.
¿Y la última vez que pediste perdón?
Ah, rara vez me equivoco yo (risas). ¿Escuchas las risas de fondo? Ésos son mis amigos... que no me creen. Como una de las cintas más esperadas del año con un superelenco que incluye a Jared Leto, Margot Robbie, Viola Davis y Cara Delevingne, entre otros, Escuadrón Suicida es la contracara de los filmes de superhéroes, donde esta vez son los peores villanos los que necesitan salvar al país. Y una vez que reúnen a los más peligrosos, a cambio de clemencia, poniendo a su disposición el más poderoso armamento del gobierno, los envían a la difícil misión de luchar contra una insuperable entidad. El problema surge al darse cuenta que no fueron elegidos para tener éxito.
¿Qué te llevó a aceptar una película así?
Moría por interpretar a Deadshot, me encanta un personaje así, con tanto poder. Destruyó tanto que ya no puede hacerlo más. Hirió a demasiada gente, hizo tanto daño que prefiere morir antes de matar de nuevo. Y me gusta ese bloqueo interno que tiene para usar sus poderes. Me encantó desde el primer segundo en que leí el guión.
¿Y lo que más te atrajo de todo?
La atracción pasó por hacer una cinta de superhéroes con un director que se concentrara en la actuación. Ésa es una combinación muy rara. Trabajé con muchos directores que se preocupan mucho más por la parte de los superefectos que la actuación. Y David Ayer siempre se enfocó en conseguir una buena interpretación de todos los actores.
¿Se siente cierta presión por las expectativas que tiene la gente?
Es genial formar parte de una película con tanta anticipación. No siempre sucede. Es algo que no se puede generar, no se puede comprar. Para nada. Y estar en medio de esa marea es maravilloso.
¿Quiere decir que no tuvieron que convencerte para filmarla, donde no apareces como el protagonista absoluto?
Para nada. Y es fantástico no tener que aparecer en todas las escenas para tener un par de días libres donde pueda ir al estudio sólo para alentar al resto del equipo. Es algo extra y muy especial cuando te pagan lo mismo (risas).
¿Y tiene un gusto especial interpretar al malo de una película, después de estar tan acostumbrado a ser siempre el más bueno?
Cuando hablas de los malos hay diferentes personajes donde se centra la película. Yo lo llamo el primer segundo. En Hombres de negro, por ejemplo, la columna dorsal era Tommy Lee Jones y el que estaba segundo ya no importaba tanto ¿no? Y cuando ocupas ese lugar que no importa demasiado, como actor, te da mucha más libertad. No necesitas llevar la moral central de la historia. Y para mí, en esta película, ser alguien que mata a cualquiera, ayuda, pero no tanto. Lo bueno es cuando te toca el beso del final. Aquel primer segundo puede volar por todo el resto de la película. Y yo pude interpretar las dos clases de esos personajes. Es muy divertido ser el malo de la cinta y te da muchísima libertad.
¿El director David Ayer fue un villano o un superhéroe en el rodaje?
(Risas) Superhéroe seguro. Con él tuvimos conversaciones maravillosas, sin darme cuenta lo que hacía... tomaba notas, construía el repertorio de nuestro perfil sicológico en nuestra mente. Y en el estudio dibujaba todo lo que habíamos compartido, sin presentármelo para nada. Es parte de su genialidad.
¿Y qué tal fue el trabajo con Jared Leto, como el nuevo Guasón? ¿Es cierto que vivió toda la producción como si realmente fuera el Guasón?
Es algo que hablamos durante el rodaje, Jared se tomó todo demasiado en serio. Literalmente no lo conocí hasta dos días atrás. De verdad, hace un par de días que pude presentarme con un “Hola, yo soy Will”, aunque habíamos trabajado juntos durante seis o siete meses. Ésa fue la primera vez que tuvimos una conversación en serio.
¿Quién ganaría en una pelea Will Smith con el personaje de Floyd / Deadshot enEscuadrón Suicida o Will Smith como el superhéroe de Hancock?
Ah, nadie puede vencer a Hancock, necesitarías a Superman para vencer a Hancock. Es el único.
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